SOY CIUDADANO DEL MUNDO

Hoy, de camino al trabajo, he escuchado en la SER la historia de dos inmigrantes sirios a los que los azares del destino les ha tratado de forma diferente. Hoy hace dos años (26/09/2015) se firmó el tratado por el cual, en estos dos años, Europa debía recoger chorrocientosmil inmigrantes entre todos los países (lo cual no se ha cumplido, obviamente). El tratado también decía que a partir de ese día, los que llegaran a Grecia vía Turquía, ruta natural de salida de Siria y su horrorosa guerra civil hacia Europa, deberían ser devueltos a Turquía.

Dos inmigrantes sirios llegaron a Grecia con diferencia de pocas horas, uno el 25 de Septiembre y el otro la mañana del 26, el día que entraba en vigor el acuerdo. El primero está viviendo hoy en día en Barcelona, fue uno de los casi 2000 inmigrantes que ha acogido España (de los 17.000 que le correspondían) aprendiendo español y buscando trabajo como cualquier parado español mientras que el otro se pudre en un campo de refujiados en Turquía, tras ser devuelto desde Grecia. Perra suerte.

Aunque no soy tan tonto como para saber que lo que voy a escribir es una utopía, yo no creo en los países, no creo en las banderas de los países. Ahora que en Cataluña se está acelerando para conseguir la independencia, yo desprecio la estelada, la ikurriña de mi tierra natal, la rojigualda de mi nación... desprecio lo que simbolizan no como cultura sino como separación. Aborrezco que una persona se muera de hambre porque su país es lamentable y que si hubiera nacido 1 km más al norte, sur, este u oeste tuviese una vida acomodada por nacer en otro país. Y desprecio que esos países de vida acomodada obliguen a los que simplemente quieren vivir y huyen de guerras, hambrunas, matanzas, sequías eternas y "otros avatares", cierren sus fronteras de forma ruín, rastrera y egoísta obligando a los inmigrantes a la muerte en muchos casos.

Eso sí, creo en la cultura. Soy vasco y creo que la cultura vasca es alucinante, ni mejor ni peor que cualquier otra porque todas son increíbles y dignas del máximo respeto. Pero me niego a pensar que por ello haya que poner una frontera en el Ebro. De la misma forma que creo en el saber universal, en la compartición del conocimiento para avanzar todos a una. De la misma forma que creo en el deporte porque creo que une. Ahora eso sí, que me quiten los himnos y banderas en las medallas. Que USA gane en el medallero a Sudán del sur, por ejemplo, no tiene mérito.

Aunque ahora que me doy cuenta, sí hay una bandera que me gusta, la de los aros olímpicos. Yo soy ciudadano del mundo.