DE CÓMO LAS COSAS SIEMPRE PUEDEN EMPEORAR

DE CÓMO CUANDO LAS COSAS VAN MAL SIEMPRE PUEDEN IR PEOR


7.30 Suena el teléfono. Nuestro personaje y su mujer duermen. Están de vacaciones y el teléfono les despierta. La mujer de nuestro personaje se despierta sobresaltada. No es normal una llamada a esas horas. Es el hijo de la mujer de nuestro personaje, es decir, su hijastro. Está en la calle, sin llaves. Ha salido a acompañar a un amigo a su casa y, al volver, se ha dado cuenta de que se ha dejado las llaves en casa y no puede entrar. No hay nadie. Su madre y su padrastro, es decir, nuestro personaje, están a 400 km en un pueblecito pasando unos días. El chico no sabe que hacer. Al chico le acompaña un amigo, al que llamaré Empanao de nombre y Empanao de primer apellido. La historia momentánea de Empanao Empanao la añado al texto, no porque sea relevante sino porque es curiosa. Empanao Empanao vivía en la ciudad del chico. Son amigos de siempre pero la vida le llevó a 600 km. Una ruptura sentimental de adolescentes y que tiene ganas de ver a sus amigos le ha hecho no querer estar en su casa actual sino que le ha empujado a pasar unos días con sus amigos, aunque en la ciudad no tenga familiares que le acojan. Su madre le ha dado 20 euros un beso y le ha dicho:
  • “Que te lo pases bien”
Esos 20 euros tenía que durar 10 días que son los que iba a pasar en la ciudad. Eran para comer, pero Empanao Empanao, en un alarde de economía financiera, el primer día se compró una bufanda del equipo de la ciudad y el segundo día sus ahorros se reducían a cero euros.

8.30 Después de varias llamadas del tipo, “hace mucho frío y no sé que hacer, etc, etc” el hijo de nuestro personaje confiesa a su madre que está en la calle desde las cuatro de la madrugada y que no ha dormido. Un segundo amigo, al que llamaré de nombre Jeta y apellido Del Copón, se ha quedado con ellos jugando a la play y viendo la tele. Pero la madre de Jeta del Copón no le deja dormir fuera de casa y cuando se quiere dar cuenta de la hora ya son las cuatro de la madrugada. Así que se va a su casa. Con buen criterio el chico y Empanao Empanao le acompañan y, es a la vuelta, cuando se percatan del olvido de las llaves. Así que aguantan la noche como pueden, sin dinero, ni llaves ni abrigo, que aunque sea verano, la noche es fresca. Cuando no pueden más o creen que es lo suficientemente de día, es decir, a las 7.30, el chico llama a su madre, en lo que es el comienzo de esta historia.

9.30 Unas cuantas llamadas después, que ponen en peligro la batería del móvil de nuestro chico, se le ha recordado que días atrás, la vecina también se dejó las llaves dentro, y nuestro personaje, es decir, el padrastro del chico, fue capaz de abrir la puerta con una radiografía y la ayuda del propio chico. Otro vecino de dos puertas más arriba les ha visto agobiados y se ha prestado a intentar abrir la puerta. Han comentado el tema de la radiografía y, como el vecino tiene alguna radiografía de un perro del que es dueño, ha intentado abrir la puerta. Pero no ha podido. El vecino ha sido un poco bruto y le ha pegado un buen par de golpes, a la vez que accionaba la radiografía, pero nada.

9.45 La búsqueda de opciones es fácil. La mujer de nuestro personaje tiene una hija, hijastra de nuestro personaje. Esta chica también tiene llaves de casa pero actualmente está con su prima, es decir, la hija de una hermana de la mujer de nuestro personaje, a la que llamaré Fisio. Fisio no está de vacaciones y está a punto de entrar a trabajar. Además vive y trabaja en la gran ciudad, a unos 20 km de la casa del chico. No puede acercarse, no pasa nada. Se ha decidido que se acerque a la casa de sus padres, y su padre, es decir, el cuñado de la mujer de nuestro personaje, se acerque a casa del chico con las llaves y abra la puerta.

Entre tanto, el padre del chico, al que llamaré Gruñón, reclama la presencia de su hijo. El chico está pasando los días que le corresponden con Gruñon, su padre. Pero, como la vida la desarrolla en su ciudad, practica deporte en su ciudad. Los entrenamientos han comenzado y, es por ello, que los días que entrena, al acabar a las diez de la noche, en vez de volver a la gran ciudad se queda a dormir en su casa habitual y a primera hora de la mañana regresa a sus casa. Es por ello que está donde está y no con su padre, porque el día anterior tuvo entrenamiento.

En todo este tiempo, madre e hijo han decidido que Gruñón crea que el chico ha pasado una mala noche, y que por ello se va a quedar durmiendo un poco más y que volverá a la hora de comer, mientras se soluciona lo de la puerta.

El cuñado de la mujer de nuestro personaje, y a la postre, también cuñado de nuestro personaje ya ha recibido las llaves por parte de su hija Fisio. El cuñado, al que llamaré Rayo, por su “rapidez de movimiento” comunica que llegará a las diez.

10.15 Rayo no ha llegado todavía.

10.30 Rayo aparece con las llaves. La historia llega a su fin.

10.35 Rayo llama a la mujer de nuestro personaje. La llave no abre la puerta. Gira a derecha e izquierda pero no abre la puerta. El primer pensamiento es que el bruto del vecino ha descuadrado la puerta o ha dejado mal la cerradura. La puerta no se abre.

La opción uno, que era la lógica y la que debería haber solucionado el problema ha fallado. La situación se complica. La casa del chico es un chalet adosado con dos puertas, la normal y la del garaje. El garaje comunica con la casa por una escalera interior. ¿Hay una llave del garaje en algún otro juego de llaves? La mujer de nuestro protagonista y nuestro propio protagonista saben que el juego que ha traído Rayo no dispone de esa llave pero otra hermana de la madre del chico tiene otro juego de llaves. Por favor que sí tenga esa llave. Pero esa otra hermana, a la que llamaré Armonía, está muy lejos de vacaciones. Armonía vive en la misma ciudad que el chico pero al estar fuera de vacaciones hay que acudir a su hijo. Su hijo Petas, es un chico con un problema de salud que le genera mucho dolor en momentos puntuales. En ciertas ocasiones recurre a fumar marihuana para paliar el dolor.

11.00 La madre del chico dice que regrese con Rayo a casa de Fisio, asi podrá coger algo de dinero, devolver las llaves a su hermana e ir a la gran ciudad donde vive Petas porque Petas tiene llaves de la casa de su madre, Armonía y podrán coger el otro juego de llaves, esperando que tenga la llave del garaje.

11.45 Mientras el chico deshace el camino y llega a casa de Petas, la mujer del personaje y madre del chico llama a Petas para avisarle y pedirle que le acompañe hasta la casa de su madre, Armonía, recoger el juego de llaves que tiene, rezar para que esté la llave del garaje y solucionar el problema de una vez por todas. Petas está en estado terminal, dormido, ni se entera de lo que su tía le está pidiendo y dice que pasa de todo. El aguante de la mujer de nuestro personaje empieza a resquebrajarse e incluso nuestro personaje no puede entender la respuesta de Petas.

12.00 El chico ya está en casa de Fisio y ha devuelto las llaves a su hermana. En esto suena el teléfono. Es el padre de ambos, Gruñón que quiere dar los buenos días a su hija y ésta desvela el pastel de forma inconsciente. Dice que el chico está con ella. A Gruñón se le queda corto el nombre y monta en cólera. Con argumentos del tipo “No contáis conmigo para nada” “Parece que no soy vuestro padre”, etc, etc echa pestes por el teléfono.

12.05 El chico llama a su madre y le comenta que Gruñon lo sabe todo.

12.10 La madre decide llamar a Gruñón, su exmarido y desactiva a Gruñón con una conversación que desconozco pero que me puedo imaginar.

A todo esto, el padre de nuestro personaje ya octogenario, al que llamaré Litus, días atrás tuvo un importante problema de salud que, afortunadamente, no tuvo consecuencias pero pudo ser muy grave. Por ello, uno de sus hermanos, al que llamaré Momorri, con su mujer y dos hijos han llegado al pueblo donde están de vacaciones nuestro personaje, con su mujer y su padre, Litus. La mujer de nuestro personaje está al borde una crisis nerviosa. Va y viene constantemente con el móvil en la mano mientras el resto de la familia está dando una vuelta por el pueblecito y toman una cerveza. Se siente muy mal porque es la primera vez que ve a esta parte de la familia de su marido y lo único que hace es ir y venir. Por mucho que nuestro personaje explique la situación y disculpe a su mujer, ésta no puede sentir un disgusto añadido a su estado de ánimo.

13.00 El chico ha llegado a casa de Petas. Éste ya ha despertado y es consciente de la situación. Ha avisado a la madre del chico diciendo que estaba bastante “perjudicado” y que no hay problema, que ya está plenamente operativo.

13.45 Petas y el chico han llegado a la ciudad, a la casa de Armonía, la madre de Petas. Recogen las llaves que Armonía tiene pero no está la llave del garaje.

14.00 Petas y el chico están de nuevo delante de la puerta de maldita. Efectivamente, por mucho que accionen la llave, la puerta no se abre. Intentan abrir la puerta con la radiografía, con la llave. Nada.

14.15 Petas telefonea a la madre del chico para comunicarles que todo sigue igual. Entonces la madre del chico recuerda que un antiguo vecino de la ciudad, al que llamaré Camarero, tenía un negocio de cerrajería, que en su día le puso una pedazo puerta en una casa anterior que tenía la madre del chico. Camarero ya no trabaja en ese negocio porque regenta un bar, pero quien sabe… igual les da alguna idea.

14.30 Petas y el chico están hablando con Camarero. Les explica cómo se debe usar la radiografía y les dice que las radiografías de animales, como la que tienen deben doblarla, porque es muy fina y así nunca conseguirían nada. Ya de paso aprovechan para comer.

16.00 Petas llama a la mujer de nuestro personaje. Han abierto la puerta con las indicaciones de Camarero y la ayuda de unas tijera robustas de podar, con las que han podido forzar algo la ranura para generar un hueco ligerísimamente mayor. Bien, por fin. De repente nuestro personaje ve como su mujer cambia el rostro. La puerta no cierra. ¡No puede ser! El bruto del vecino, la forma de forzar con las tijeras de podar, una fatalidad del destino o vaya usted a saber qué, ha hecho que la cerradura no funcione y el resbalón de la cerradura no se mueva, con lo cual la puerta no puede cerrarse. Van a intentar arreglarla.
16.30 Petas vuelve a llamar a la madre del chico. Nada, la cerradura tiene unos tornillos tan fuertemente fijado que las llaves Allen que nuestro personaje tiene no son lo suficientemente fuertes y, de tanto forzar, han perdido el dibujo hexagonal y ya no se puede hacer fuerza con ellas.

16.45 Nuestro personaje y su mujer buscan en internet un cerrajero. Dan con uno de la ciudad cercano a la casa de la maldita puerta. Hay un problema, Petas y el chico no tienen dinero, así que los cerrajeros deberán fiarse de que les van a pagar con una transferencia por internet. Al principio dudan pero finalmente acceden a arreglar la cerradura y se dirigen a la casa.

17.00 El cerrajero llama a nuestro personaje. Una nueva cerradura va a costar 325 euros más IVA. Un pastón. Mientras habla con el cerrajero Petas ha llamado a su tía, es decir, a la mujer de nuestro personaje. Mientras nuestro personaje duda porque es mucho dinero pero tampoco ve otra solución, oye por la otra oreja como Petas dice que Gruñón ha aparecido antes que el cerrajero y que entre los dos han conseguido sacar la cerradura. Gruñón, sin decir nada, ha decidido acudir a la casa de la madre del chico y ha llegado en un momento clave.

Petas es un gran fotógrafo, pero lo de cerraduras no es lo suyo y sacar la cerradura no era tan difícil, lo que ocurría es que el tornillo no se desatornillaba con una llave Allen sino con un destornillador de estrella. Petas dice que quiere hablar con nuestro personaje, así que éste le dice al cerrajero que espere un momento y empieza a hablar con Petas. Petas comunica a nuestro personaje que ni se le ocurra pagar tanto dinero, que ya han conseguido sacar la cerradura y que en el peor de los casos, si no pueden arreglar la cerradura, como la puerta es de seguridad tampoco pasa nada. Se coge, se le da doble vuelta a la llave y los pernos de la puerta de seguridad cierran la puerta y se sale y se entra por el garaje. Y luego, más adelante ya se arreglará la cerradura sin necesidad de acudir a estos cerrajeros de urgencia que te sangran como las sanguijuelas. Nuestro personaje pide a Petas que le vuelva a pasar con el cerrajero para intercambiar de nuevo opiniones pero Petas le comunica que ha visto el percal y se ha ido.

17.10 Una última llamada de Petas y Gruñon a la madre del chico sirve para comunicar que han arreglado la puerta. La cerradura no va bien pero la puerta está cerrada. Abre y cierra con cierta dureza pero va. En el proceso de desmontaje y montaje ha sobrado un muelle, pero vamos, funciona. Petas comunica la poca profesionalidad del cerrajero. Llegó con las manos en los bolsillos, sin ningún tipo de instrumental, pidió un metro para medir la cerradura y cuando le dijeron que podría intentar arreglarla se negó. Dijo que él sólo iba a ir a Madrid a por otra. Así que cuando vio que la situación no iba a ser la que él quería se marchó.

Quizás os hayáis preguntado dos cosas:
  1. ¿Qué fue de Empanao Empanao? Nunca se supo. En algún momento de la historia decidió que ya era suficiente para él y tomó la decisión de irse con otro amigo para poder comer… digo yo.
  2. ¿Por qué la historia está contada tomando como base “nuestro personaje” si prácticamente no tienen ni arte ni parte en la historia? Pues no sé, porque así se me ha ocurrido.

Y así pasa la vida, entre días plácidos, días que ilusionan y días que borrarías del calendario.

Salud.

Comentarios

Entradas populares de este blog

YA SOY SANFERNANDINO - EL ALCALDE NIÑO

LA CONEXION BILBAO SANFER

EL FLAMENCO FACHA???